10. LA ACTIVIDAD INDUSTRIAL (BLOQUE 8).
El proceso de industrialización.
Factores
de la actividad industrial.
Principales
sectores industriales en la actualidad.
Distribución
geográfica de la industria en España.
Definición de industria.
1. EL PROCESO DE
INDUSTRIALIZACIÓN
Desde finales del siglo XVIII, ilustrados y reformistas se proclamaron a favor de la industrialización del país. España contaba con una producción artesanal diversa y rica, con las Reales Fábricas, con recursos minerales suficientes, con materias primas minerales y de origen orgánico, etc. Como factores negativos estaban la insuficiencia energética (carbón), la escasez de recursos tecnológicos y humanos, una excesiva mentalidad rural y la ausencia de mercado interior.
Los inicios del despegue industrial.
En la segunda mitad del siglo XIX se consolidó en Europa la Revolución Industrial. En España, la industrialización evidenció un notable retraso con relación a los países europeos y una gran dependencia tecnológica y financiera de los mismos.
La red ferroviaria estaba en su mayor parte construida por empresas y capital extranjero, con material importado porque la industria española era deficitaria.
La red de ferrocarriles estuvo al servicio de la explotación minera protagonizada por empresas de nacionalidad británica, francesa, belga, etc. Estas empresas gozaron de acceso a la explotación minera con la Ley de Bases de la Minería, promulgada en 1868.
España se convirtió en país exportador de materias primas minerales, quedando a merced de intereses ajenos y sin capacidad para aprovechar su riqueza mineral en beneficio propio.
Era el primer país productor de hierro, que se exportaba en su mayor parte a Gran Bretaña desde el puerto de Bilbao. La industria siderúrgica vasca se desarrolló gracias al carbón que llegaba al puerto vizcaíno procedente de Gran Bretaña.
La industrialización española avanzó bajo el signo del proteccionismo a un ritmo lento e irregular, marcado por los continuos cambios de gobiernos.
El mapa industrial español se define por una polarización en torno a Vizcaya, Barcelona y Madrid, y en otros puntos del interior que desarrollaban una industria de base agraria.
El crecimiento industrial hasta la Guerra Civil.
El proceso de industrialización a principios del siglo XX conoció los efectos positivos de la repatriación de capitales tras la pérdida de las colonias y de los beneficios comerciales derivados de la Primera Guerra Mundial.
La Primera Guerra Mundial permitió el aumento de las exportaciones agrarias industriales a los países beligerantes, permitiendo reinvertir sus ingresos en el desarrollo industria.
El apoyo estatal durante la dictadura de Primo de Rivera permitió la construcción de numerosas obras públicas, particularmente de carreteras, que resultó fundamental para conectar los mercados interiores, impulsando así el desarrollo industrial.
En este periodo, las empresas extranjeras abandonaron la explotación de las agotadas minas españolas. A pesar de los progresos de la industria española, ésta seguía acusando la dependencia de Europa.
El mapa industrial se consolidó sobre los focos anteriores (Cataluña, Madrid y País Vasco), de modo que empezaron a manifestarse los desequilibrios territoriales que alcanzarían su plenitud en las décadas posteriores.
La reconstrucción industrial de la posguerra.
La Guerra Civil (1936-39) frenó la expansión de la industria española. Finalizada la guerra hubo que afrontar la reconstrucción, la recuperación económica y la puesta en práctica de una política industrial que viniera a resolver las graves carencias del momento, lo cual se abordó en un contexto de autarquía, es decir, de autosuficiencia económica.
En 1941 se creó el Instituto Nacional de Industria (INI), con una fuerte participación de capital estatal en los sectores básicos de la industria (siderurgia, naval, petroquímica).
A partir de 1950 la economía española encontró cierto alivio a partir de las negociaciones con Estados Unidos y del ingreso en la ONU. Se puso fin al aislamiento y España se integró gradualmente en la economía internacional, al tiempo que la falta de capital fue suplida por las inversiones extranjeras que comenzaron a llegar.
La nueva estructura industrial se caracterizó por la dualidad: existencia de un sector dominado por la gran empresa de capital público (HUNOSA Hulleras del Norte SA y ENSIDESA Empresa Nacional Siderúrgica SA) orientado a la producción de bienes de equipo, y la existencia de otro sector integrado por la pequeña y mediana empresa de capital privado, dedicado a las industrias de transformación y de bienes de consumo.
Desde un punto de vista espacial, la política industrial favoreció la consolidación de algunas regiones industriales en detrimento de otras. Se polarizó claramente hacia Cataluña, País Vasco y Madrid en perjuicio de otras regiones que se configuraban como áreas subdesarrolladas.
A partir de 1959 se abordará el desarrollo industrial y económico siguiendo las directrices del denominado Plan de Estabilización.
El impulso industrializador de los años 60.
El período entre 1959 y 1973 supuso un crecimiento económico sin precedentes. Los factores son: la llegada de capital extranjero, la instalación de grandes empresas multinacionales, las divisas que aportaban turistas y emigrantes, con las que se pudo comprar petróleo, importar bienes industriales y nivelar la balanza de pagos.
El Estado puso en funcionamiento los planes de desarrollo y una política regional basada en los polos de desarrollo y promoción, entre los que destacaron los de Huelva, Córdoba, Granada y Burgos.
A pesar de que los planes de desarrollo no dieron los resultados previstos, el PIB alcanzó un índice de crecimiento anual próximo al 7%.
La industria española alcanzó un alto grado de diversificación en su producción de bienes de equipo, de uso y de consumo, aunque siguió acusando los efectos negativos de la gran dependencia tecnológica, de las importaciones y de una inadecuada estructura empresarial.
El desarrollo industrial de los años 1960 se localizó en las regiones que tenían mayor tradición industrial y en sus áreas adyacentes, lo cual agravó los desequilibrios regionales.
El modelo industrial de la década de 1960 hizo que aumentaran las diferencias entre regiones ricas y pobres, lo que incidió en los procesos demográficos de emigración y de éxodo rural que vivió la población española y que vinieron a incrementar aún más los propios desequilibrios.
Crisis y reestructuración de la industria española.
La crisis de la industria que afectó al mundo occidental a partir de 1973 también afectó a España, donde se presentó con cierto retraso.
Causas externas: la primera y principal fue el encarecimiento de los precios del petróleo, la alta dependencia energética y el incremento de su consumo contribuyeron a agravar la crisis de la industria. También contribuyeron otros factores, como la mundialización de la economía, el incremento de la competitividad, la emergencia de nuevos países industriales y el inicio de una nueva fase de la revolución industrial, caracterizada por las nuevas tecnologías y por los nuevos sectores industriales derivados de ella (informática, electrónica, nuevos sistemas de producción, etc.).
Causas internas: destaca la dependencia energética y tecnológica, y de las dimensiones inadecuadas de las plantas industriales, el endeudamiento, los desequilibrios entre sus sectores productivos y espaciales, etc. A todo ello hay que añadir el momento en el que se hizo patente la crisis: fin del franquismo e inicio de la transición democrática.
La respuesta a la crisis no podía ser otra que la reestructuración de la industria. Con este fin se adoptaron en 1984 disposiciones en una doble dirección: reconversión de los sectores industriales más afectados por la crisis y reindustrialización, es decir, recomposición del tejido industrial en las zonas donde éste había resultado especialmente dañado.
La reconversión industrial se llevó a cabo sobre los sectores maduros de la industria: siderurgia, construcción naval, industria textil, etc. Con ella se pretendía racionalizar la producción industrial adaptando la oferta a la demanda, sanear las finanzas, adecuar el tamaño, modernizar la industria, adoptar nuevos sistemas de gestión, etc. En buena medida, la reconversión afectó a las grandes empresas creadas en la etapa desarrollista, cuyo tamaño no era el apropiado para nuestras necesidades y posibilidades de exportación.
Una segunda dimensión de la reconversión fue la apuesta por los sectores más dinámicos, por lo que se puso énfasis en las industrias de automoción, en las químicas y en las agroalimentarias, con capacidad para activar otros sectores económicos, y en las actividades de alta tecnología, de gran importancia para el futuro.
Los procesos de reconversión industrial resultaron eficaces, aunque no en la medida que se pretendió en un primer momento, pues al llevarlos a la práctica desaparecieron muchos puestos de trabajo a consecuencia de las reducciones de plantilla que exigían los planes de viabilidad.
Paralelamente se procedió al desarrollo de los programas de reindustrialización, para lo que se crearon las Zonas de Urgente Reindustrialización (ZUR). Los nuevos planes pretendían recomponer el tejido industrial sobre las bases de la modernización tecnológica y de la implantación de nuevas actividades de futuro.
A partir de 1991 comienza una nueva reconversión industrial, impuesta por Europa, y desde mediados de la década de los 90 se asiste a una recuperación económica en todos los sectores.
La Unión Europea tiene como objetivos generales resolver los problemas estructurales que presentan las industrias en el mundo actual y corregir los desequilibrios regionales.
La nueva situación ha desarrollado programas de ayuda a las Pymes para mejorar la competitividad y ha iniciado un programa de privatizaciones de empresas estatales.
2. FACTORES DE LA
ACTIVIDAD INDUSTRIAL
Los factores más destacados que
condicionan la actividad industrial son las
materias primas y las fuentes de
energía.
Las materias primas
Las
materias primas: son
recursos naturales usados en el proceso de transformación y son de naturaleza
variada. Éstas junto con las fuentes de energía han sido factor clave de
localización industrial. Las materias primas se clasifican según su origen en:
materias
primas de
origen mineral. Se encuentran en la
superficie concentradas en yacimientos y para su extracción se realizan
canteras o minas. Hay cuatro grandes grupos: minerales energéticos (carbón y uranio), minerales metálicos (hierro, cobre, oro, plata…), minerales no metálicos (cuarzo, arcilla…)
y rocas industriales (areniscas,
mármol, granito, pizarra).
Materias
primas de origen orgánico. Entre ellas encontramos: materias primas de origen animal o vegetal (lana, leche, lino,
girasol…) y materias primas de origen
forestal (madera).
Las fuentes de energía
La energía es la fuerza que se
transforma en trabajo mecánico. Las fuentes de energía se clasifican en: renovables, su uso no compromete su
existencia, no renovables, su uso
conlleva su desaparición. Según su
potencialidad las clasificamos en
primarias, las que contienen energía que no puede usarse directamente (carbón, petróleo, gas, uranio) y secundarias que proceden de la
transformación de las primarias (electricidad).
El
carbón
fue básico en la Revolución Industrial.
En España se localiza en N. y S. de la cordillera Cantábrica. También en el SO
de la Meseta (Peñarroya-Pueblonuevo) y Sistema Ibérico (Teruel). Durante el
siglo XIX su extracción aumentó por el proteccionismo del Estado. En el siglo XX
se reactivó su uso por la crisis del petróleo.
El
petróleo
es la primera fuente de energía, muy
utilizado en automóviles, calefacción, producción de electricidad. En España apenas
existen recursos.
El
uranio
es el mineral energético más abundante
en España. Se encuentra en la zona occidental de la Meseta (Badajoz y
Salamanca), pero necesita un enriquecimiento previo y España no dispone de
tecnología adecuada, depende de EEUU o Francia. Desde 1984 el gobierno decide no hacer más centrales nucleares por
motivos de seguridad y por los residuos que genera.
El
gas natural
es una energía limpia y barata. España inicia el consumo de gas en 1969.
Nuestro país produce poco gas (Vizcaya y Huelva) por lo que tiene que
importarlo de Argelia, Libia y Europa del Este a través de una red de gaseoductos.
La
energía hidráulica
es una energía renovable. Se obtiene
por el agua embalsada en los pantanos. El agua de cada cuenca depende del clima, por lo que el máximo potencial energético está en el
Norte y el mínimo en el Sur y en el Este.
Entre las demás fuentes de
energía destacamos la eólica aprovecha
la fuerza del viento. Los
aerogeneradores se encuentran por toda la geografía española. Se usa para electricidad o energía mecánica.
La solar se aplica a la producción de calor o electricidad. Energía por biomasa obtenida por la
combustión de residuos agrarios, forestales o industriales. La geotérmica, energía calorífica que
se desprende de las aguas termales subterráneas, se utiliza para calefacción. La energía mareomotriz, utiliza la
fuerza de las mareas para producir electricidad.
3. PRINCIPALES SECTORES
INDUSTRIALES EN LA ACTUALIDAD
Según
el destino final de la producción distinguimos entre industrias de base, de bienes de equipo y de bienes de uso y consumo.
Las
industrias de base
o básicas transforman las materias
primas en productos semielaborados que, a su vez, son empleados como materia
prima por otras industrias. Un buen ejemplo serían las industrias siderúrgica y
petroquímica.
Las
industrias de bienes de equipo producen bienes (infraestructuras), máquinas o
herramientas, que son utilizadas por otras industrias en sus procesos fabriles.
Un ejemplo serían los astilleros o la construcción.
Las
industrias de bienes de uso y consumo transforman materias elaboradas o
semielaboradas en bienes que son consumidos directamente por la población. El
mejor ejemplo son las agroalimentarias
Asimismo, los sectores industriales pueden establecerse considerando su situación
tras el proceso de reconversión industrial en sectores industriales
tradicionales, sectores dinámicos
y sectores de vanguardia.
a) Los sectores tradicionales de la industria española.
Son
sectores industriales en pleno proceso de reconversión. La
situación de crisis está motivada por el descenso de la demanda, la falta de competitividad
y las exigencias de la UE de reducir la producción y de suprimir las
subvenciones.
- La metalurgia básica y las industrias de transformación metálica
En el sector de la siderurgia las empresas se han privatizado, han
reducido costes, tamaño y han diversificado su producción, aumentando su
calidad. Se localizan en Asturias, País Vasco y Cantabria. La pérdida de empleo
ha sido notable. Las industrias de
transformación metálica producen bienes de equipo y se localizan en
Barcelona, País Vasco y Madrid. Estas industrias fabrican una gama de productos
que abarca desde la ferretería hasta la maquinaria, están asociadas a la
pequeña empresa.
La fabricación de electrodomésticos de línea
blanca se encuentra en
pleno proceso de reconversión, lo que está llevando al cierre de muchas
empresas de este tipo, al mismo tiempo que asistimos a procesos de deslocalización.
La construcción naval se localiza en Galicia, Cantabria, País Vasco y Andalucía.
Está sufriendo un duro proceso de ajuste para reducir progresivamente su
capacidad y especializarse en otras actividades como la reparación. El proceso
está siendo muy conflictivo pues tienen sus empleos un alto componente social
que se resisten a su desaparición. Ante la competencia de otros países con
mayor productividad la UE está prohibiendo las ayudas nacionales, lo que está
llevando a este sector a una situación muy difícil. La tendencia es la
privatización y la especialización.
La industria textil, del cuero y del calzado ha llevado a cabo
otra reconversión muy exitosa, apostando por la calidad, el diseño y las nuevas
tecnologías en sus fábricas nacionales. Se centra fundamentalmente en Cataluña
y Comunidad Valenciana. La industria del cuero tiene el difícil reto de
competir con otras empresas extranjeras con menores costes salariales y menos
exigencias. La industria del calzado tiene su mayor desarrollo en la región
valenciana.
La
industria de la confección es una rama derivada de la industria textil que
ha surgido a medida que la población demanda confecciones en lugar de tejidos.
Está formada por un conjunto de pequeñas industrias que, al igual que la
industria del calzado, se encuentra muy dispersa, aunque se extiende, sobre
todo por las regiones mediterráneas.
b) Sectores industriales
dinámicos
Son
aquellos sectores que tienen excelentes perspectivas de futuro por tener una
demanda asegurada, unas estructuras flexibles y saneadas y una alta
productividad y especialización. Se caracteriza por la presencia de capital
extranjero.
-
El sector del automóvil está en una situación inmejorable tras el proceso
de reconversión llevado a cabo con ayudas oficiales. El capital es extranjero y
aunque las tareas más rutinarias se están deslocalizando, presentan unas
perspectivas excelentes. Es un sector claramente exportador y está situado en
el tercer puesto de la UE tras Alemania y Francia.
-
El sector químico es
una de las bases de la industria española. Hay dos subsectores el de la petroquímica o química de base, donde
destacan las refinerías (Algecíras, Cartagena, Puertollano y Huelva) y el de la
química de transformación que
producen fertilizantes, productos farmacéuticos, pintura, etc (Cataluña, País
vasco y Madrid).
-
El sector agroalimentario cuenta con empresas pequeñas y dispersas, aunque
también tienen gran peso las multinacionales.
-
El sector de la construcción, junto con el turismo, está soportando
la mayor parte del crecimiento económico actual. Se trata de un sector muy
sensible a los cambios de la coyuntura económica, donde existe mucha economía
sumergida, precariedad laboral y muchos accidentes laborales.
c) Los sectores de tecnología punta
Son los que
aportan descubrimientos, nuevos materiales, sistemas y medios para la mejora de
la producción industrial. A partir de estos elementos, se habla de una
nueva revolución industrial. En España estos sectores (microelectrónica, telemática,
automatización, biotecnología...) se han implantado con retraso debido a la
dependencia del exterior en tecnología e investigación, y por el alto coste de
producción debido al escaso tamaño de las empresas y la escasa adaptación de la
mano de obra. Se
trata de un sector que ha sido impulsado por la Administración. Se localizan en los llamados parques tecnológicos.
4. DISTRIBUCIÓN
GEOGRÁFICA DE LA INDUSTRIA EN ESPAÑA.
En la actualidad han cambiado los factores de localización
industrial, ya que ha disminuido la importancia de la proximidad a los recursos
naturales y a los mercados y ha aumento la importancia del acceso a la
innovación y a la información (centros de investigación, infraestructuras
de comunicaciones y telecomunicaciones, mano de obra de calidad y servicios
empresariales).
Siguen siendo importantes las infraestructuras viarias y la
presencia de mano de obra cualificada. De esta forma, observamos como
coexisten en la actualidad dos tendencias: la dispersión y la concentración
industrial.
Por una parte, se está produciendo un importante fenómeno de
difusión que afecta a los sectores maduros en crisis debido a que las mejoras tecnológicas permiten la descentralización
y el desarrollo de la industrialización endógena, basada en los recursos de
cada zona.
Por otra parte, se mantiene el proceso de concentración en las
áreas centrales, sobre todo, para las industrias de tecnología punta y las
industrias más dinámicas, que buscan tener acceso a los centros de
investigación, de información y de poder.
La localización industrial en España presenta fuertes desequilibrios
territoriales. Estos desequilibrios provocan a su vez otros tipos de
desequilibrios como los demográficos, infraestructuras, equipamientos, peso
político...
El nuevo mapa industrial de
España es reflejo de la trayectoria seguida en las diferentes épocas y en los
recientes procesos de ocupación del espacio. Presenta las siguientes
características:
1) Consolidación de Madrid y Barcelona como centros neurálgicos de la
industria española. Sus respectivas áreas metropolitanas han consolidado
una potente y diversificada industria que en los últimos años ha experimentado
dos tendencias de signo contrario: por una parte, la crisis y la reconversión
de importantes sectores industriales y, por otra, la revitalización de sus
tejidos industriales a partir de la instalación de establecimientos dinámicos y
de sectores de alta tecnología.
2) Declive de los espacios tradicionales de la industria española,
particularmente los situados en la cornisa cantábrica, que se hallan en
proceso de cambio y retroceso, a consecuencia de la crisis que afectó a los
sectores maduros de su industria (metalurgia, petroquímica, naval), de gran
implantación en este espacio geográfico y cuya caída ha tenido repercusiones
muy negativas en las pequeñas y medianas empresas relacionadas con ellos. El
declive ha afectado a Asturias, a Cantabria y, con especial intensidad, al País
Vasco, que poco a poco empieza a recuperar las tasas de crecimiento industrial
que había perdido. Asimismo, esta situación ha influido en áreas del interior,
tributarias de algunos de los sectores antes mencionados (Puertollano, Ferrol, Bahía
de Cádiz, etc).
3) Espacios industriales en expansión, entre los que destacamos las
áreas periurbanas o enclaves industriales y los ejes de desarrollo.
Los
ejes de desarrollo son el resultado de los procesos de difusión espacial de la
industria a lo largo de corredores que comunican áreas industrializadas. Los más
dinámicos son el eje del Ebro y el eje del Mediterráneo. El primero
aprovecha los beneficios geográficos de su situación entre el País Vasco y
Cataluña, y la accesibilidad a la Meseta desde el valle del Ebro. El eje
Mediterráneo se extiende desde Girona hasta Murcia y acoge una industria muy
diversificada que se beneficia del mercado que le proporciona las altas
densidades de población en el litoral.
Además de estos dos ejes, hay
otros interiores, igualmente dinámicos, como el eje o corredor del Henares, que se extiende
desde Madrid hacia el norte. En cuanto a los ejes regionales secundarios, son
buenos ejemplos los de Ferrol-Vigo, Palencia-Valladolid, el eje del
Guadalquivir, etc.
Los enclaves industriales son zonas
donde
se localiza la industria, pero están rodeadas de desiertos industriales. Son
los casos de Valladolid, Burgos, Sevilla, Cádiz, Huelva...
4) Las
áreas de escasa industrialización son Castilla-La
Mancha, Extremadura, Baleares, Canarias y Andalucía Oriental. Castilla-La
Mancha empieza a salir de este grupo por la difusión de la industria madrileña.
Problemas de la
industria
Los
problemas más importantes de la industria española son la escasa inversión en
I+D, el tamaño empresarial sigue siendo pequeño para competir en el
exterior en algunas actividades tradicionales, los costes energéticos y de algunos
servicios siguen siendo altos, también está la poca flexibilidad del mercado
laboral. Todas estas características conllevan una menor productividad y
competitividad que los países del entorno, lo que nos confirma como un país
desarrollado de modelo mediterráneo, que estamos basando nuestro desarrollo
actual en la construcción y el turismo. Y, finalmente, que el sector industrial
está creando muy poco empleo estable desde hace años. También hay que tener en cuenta los problemas
medioambientales.