TEMA 6

TEMA 6. LAS AGUAS Y LA RED HIDROGRÁFICA. 


1. Las vertientes hidrográficas españolas.

2. Los ríos y las cuencas hidrográficas.

3. Los regímenes fluviales.

4. Uso y aprovechamiento de las aguas.


1. Las vertientes hidrográficas españolas.

Trazado y características generales
Debido a la configuración del relieve y a la inclinación de la Meseta hacia el Oeste, cerca del 70% de las aguas españolas vierten al Atlántico y sus ríos son largos y de escasa pendiente, todo lo contrario que los de la vertiente cantábrica y mediterránea.
Los grandes ríos españoles (a excepción del Ebro) tienen un trazado paralelo a los sistemas montañosos, debido a la disposición horizontal de estos.
Otra característica es su intensa relación con la ocupación del territorio, así las grandes ciudades históricas españolas se sitúan o en su cauce o en su desembocadura, sin olvidar que sus valles son utilizados para el establecimiento de vías de comunicación.
Factores que influyen en los ríos españoles:
El clima es el factor más importante e influyente en la red hidrográfica. Debido a que el caudal de un río procede de la escorrentía (desplazamiento de las aguas sobre la superficie terrestre o por debajo de ésta), existe una relación directa entre la cantidad de precipitaciones y el caudal de un río. Así, como existe otra relación muy directa entre el régimen pluviométrico de un clima y el régimen hidrográfico del río de ese clima.
El relieve condiciona su trazado, ya que condiciona su pendiente, la velocidad, la fuerza erosiva del río y su potencialidad para la producción de electricidad.
El suelo es otro factor importante, ya que dependiendo de su grado de permeabilidad del cauce por donde transcurren, los ríos pueden tener unas características u otras.
La vegetación evita el desplazamiento rápido de las aguas por las laderas. Actúa como atenuador de las crecidas violentas y torrenciales de los ríos mediterráneos.
Por otra parte, están los factores antrópicos que alteran los regímenes de los ríos a través de la construcción de pantanos o realizando trasvases.
Vertientes peninsulares
Una vertiente hidrográfica es el conjunto de cuencas cuyas aguas vierten en el mismo mar. En España existe una gran asimetría entre las vertientes atlántica y cantábrica y la vertiente mediterránea. La causa es el basculamiento de la Meseta hacia el Oeste a partir del Sistema Ibérico.
En España existen tres vertientes:
Vertiente Cantábrica
Son ríos cortos y caudalosos. Nacen en la Cordillera Cantábrica y tienen que salvar un gran desnivel. Llevan una gran cantidad de agua, proveniente de las lluvias descargadas por las borrascas del Frente Polar que pasan por estas latitudes. La regularidad del clima oceánico hace que no existan estiajes. En general, tienen un régimen pluvial. La cuenca hidrográfica más importante es la formada por el Narcea-Nalón. Otros ríos importantes son el Bidasoa, el Nervión, Pas, el Deva, el Sella, el Navia y el Eo.
Vertiente Atlántica
En el Atlántico desemboca los grandes ríos de la Meseta y el Miño (aunque esté por sus características es cantábrico). Los ríos de la Meseta se adaptan a las condiciones del relieve y a la inclinación de ésta, por lo que son ríos largos y de pendiente muy suave. El caudal y el régimen fluvial de estos ríos dependerán de su situación latitudinal. El Duero va a tener características oceánicas, el Guadalquivir y Guadiana las van a tener mediterráneas y el Tajo se sitúa en un plano intermedio.
Vertiente Mediterránea
Son ríos medianos (excepto el Ebro) por la influencia del relieve. Se trata, por lo general, de ríos muy poco caudalosos (el E de España está dentro de la España seca), con grandes crecidas estacionales y estiajes fortísimos. La mayoría de estos ríos tienen una gran explotación en regadíos, lo que unido a la aridez hacen que pierdan caudal en su desembocadura. Ha habido intentos de hacer trasvases de la cuenca cantábrica y pirenaica a estos ríos.
2. Los ríos y las cuencas hidrográficas.
Una cuenca hidrográfica es el territorio cuyas aguas vierten a un río principal y sus afluentes o ríos secundarios. Dentro de cada cuenca los ríos trazan su propio cauce (espacio por el que circula) y crean una red fluvial que se organiza jerárquicamente desde los subafluentes y afluentes hasta llegar al río principal.
El caudal de un río es la cantidad de agua expresada en metros cúbicos que transporta por segundo. Esto sería el caudal absoluto, mientras que el caudal relativo pone en relación la cantidad de agua transportada con la superficie de la que procede. El río más caudaloso de la Península es el Duero y el Ebro es el río más caudaloso de España.
Por último hay que señalar las variaciones de caudal en momentos determinados, sobre todo en otoño y verano, y que están relacionados con fenómenos tormentosos (Gota Fría), provocando grandes inundaciones. Asociado al concepto de caudal están los términos crecida y estiaje.
Estiaje: término que se refiere al periodo en el cual una corriente de agua (río) alcanza su caudal más bajo y crecida se refiere al momento de máximo caudal de un río.
Las cuencas hidrográficas existentes en España son:
El Miño
Es el río gallego por excelencia y aunque desemboca en la vertiente atlántica tiene las mismas características de caudal, longitud y velocidad que los cantábricos. Nace en Lugo, discurriendo de N a S hasta Orense, donde tras confluir con su mayor afluente (el Sil) toma dirección SO hasta desembocar en Tuy (Pontevedra), haciendo frontera con Portugal.
El Duero
Es el río más caudaloso de la Península, transcurre por la Meseta Septentrional, recogiendo las aguas del Sistema Ibérico, la Cordillera cantábrica y del Sistema Central. Nace en Picos de Urbión (Sistema Ibérico) y desemboca en Oporto, formando un estuario. Su cuenca es la más grande de España por la cantidad de afluentes que tiene (Pisuerga, Tormes, etc).
El Tajo
Es el río más largo de la península Ibérica. Nace en la Sierra de Albarracín (Teruel) y discurre entre el Sistema Central y los Montes de Toledo, pasando por Aranjuez, Toledo, Talavera de la Reina... desemboca en Lisboa, en la que forma un estuario. Sus principales afluentes son el Jarama, el Guadarrama, el Almonte, el Henares y el Alagón. Su caudal aumenta en el tramo portugués, a causa de las mayores precipitaciones. Su curso está muy alterado por las intervenciones humanas: desde la construcción de diversos embalses hasta el trasvase Tajo-Segura.
El Guadiana
Es el menos caudaloso de los grandes ríos españoles, nace cerca de las Lagunas de Ruidera (Ciudad Real) y desemboca en Ayamonte (Huelva), formando frontera con Portugal. Un tramo lo hace por debajo de tierra, son los conocidos "ojos del Guadiana". Sus principales afluentes son por la derecha el Záncara y el Cigüela y, por la izquierda, el Jabalón y el Zújar. En su cuenca se han construido grandes embalses para la agricultura, entre los que destaca el de La Serena (Badajoz).
El Guadalquivir
Nace en la Sierra de Cazorla (Jaén) y desemboca en forma de marismas (Parque Nacional de Doñana) en Sanlúcar de Barrameda, atravesando las provincias de Córdoba, Sevilla y Huelva. Transcurre entre Sierra Morena y las Penibéticas, muy cerca a la primera, hasta la altura de Sevilla donde cambia el rumbo E-W por el de N-S. Tras unos primeros kilómetros de fuertes pendientes, fluye tranquilo y casi al nivel del mar durante todo su recorrido. Es el eje vertebrador de Andalucía, recoge los afluentes de Sierra Morena (Guadalimar, Jándula, Guadalmellato...) y los de las Béticas (Guadiana Menor y el Genil).
El Ebro
Es muy largo y caudaloso. Nace en  Fontibre (Cantabria) y desemboca en Tortosa (Tarragona) en forma de delta, pasa por Logroño y Zaragoza. Es el río más caudaloso de España, a pesar de transcurrir por una zona muy árida, gracias al agua que recibe de los afluentes de los Pirineos y del Sistema Ibérico. Tiene un régimen complejo, resultante de la alimentación pluvial de su cabecera y nivo-pluvial y pluvio-nival de los afluentes montañosos. Desde el Pirineo descienden el Aragón, el Gállego, Cinca y el Segre y desde el Sistema Ibérico, el Jalón, el Huerva, el Martín y el Guadalope.
Pirineo oriental: Ter y Llobregat
No vierten sus aguas al Ebro, sino que lo hacen directamente al Mediterráneo, por ello son los más caudalosos de esta vertiente (salvo el Ebro). Los dos ríos más importantes son el Ter y el Llobregat, este último desemboca en forma de delta.
Cuencas meridionales andaluzas
Son ríos cortos, poco caudalosos y sometidos a grandes estiajes (3 o 4 meses) por lo que se les denomina cuenca subtropical. Como los cantábricos tienen que saltar grandes desniveles, pero tienen menos poder erosivo por su caudal más escaso. Destacan los ríos Guadalfeo, Guadalhorce, Barbate, Guadalete, Tinto, Odiel (que aunque desembocan en el Atlántico tienen las características de los ríos mediterráneos) Andarax y Almanzora.
Segura, Júcar, Turia y Mijares
Son ejemplos claros de ríos mediterráneos, tanto por su moderada longitud como por su caudal reducido. Su régimen es pluvial y esta mediatizado por el roquedo calizo de sus lugares de nacimiento. Tienen gran importancia a efectos agrícolas, pues el primero riega las huertas murciano-alicantinas y los otros dos, la huerta valenciana.
Baleares y Canarias
Carecen de ríos propiamente dichos. Poseen arroyos o corrientes de agua de escaso caudal, alimentados por manantiales (afloramiento a la superficie terrestre de aguas subterráneas).
3. Los regímenes fluviales.
Entendemos por régimen fluvial la variación del caudal de un río a lo largo de los doce meses del año, lo que depende directamente de la procedencia de las aguas que alimentan a ese río. Existen dos grandes regímenes: el régimen pluvial y el régimen nival, que se combinan (régimen mixto) y se dividen a su vez en otros subtipos (nivo-pluvial y pluvio-nival).
Régimen pluvial: el caudal sólo depende de las precipitaciones, por lo que refleja los máximos y mínimos de estas precipitaciones en cada zona climática.
Régimen nival: son ríos que nacen en las montañas donde son frecuentes las nevadas. Sus caudales máximos se dan a finales de la primavera o en verano, con el deshielo. El periodo de estiaje tiene lugar en invierno, al quedar retenida la precipitación en forma de nieve o de hielo.
En España no existe un régimen nival completo y si combinado con el pluvial, apareciendo el nivo-pluvial o el pluvio-nival (ríos pirenáicos). El régimen mayoritario de los ríos españoles es el pluvial, que se divide según las distintas clasificaciones climáticas:
El régimen pluvial oceánico tiene un máximo de invierno y un mínimo de verano, pero su gran característica es la regularidad del caudal, sin grandes crecidas ni estiajes (vertiente cantábrica).
El régimen pluvial mediterráneo se caracteriza por un régimen en forma de S o Zig-Zag, ya que tiene dos máximos en los equinoccios y dos mínimos en los solsticios, más pronunciado en verano (ríos levantinos).
El pluvial subtropical tiene un máximo de noviembre a febrero y un mínimo muy pronunciado de marzo a octubre en concordancia de las precipitaciones de la fachada mediterránea meridional (Guadalete, Barbate, Guadiaro...)
4. Uso y aprovechamiento de las aguas.
El agua es un elemento importantísimo para todos los ecosistemas naturales y para un gran número de actividades humanas. Los recursos hídricos españoles proceden fundamentalmente de los ríos y, en menor medida, de los lagos y acuíferos.
Los recursos hídricos están íntimamente relacionados con el clima y en España el clima predominante es el mediterráneo, que se caracteriza por la escasez e irregularidad de las precipitaciones.
Por otra parte, España es un país de contraste, existiendo una España húmeda al N y al W, y una España seca al S y al E, lo contrario que el desarrollo económico y demográfico de España.
De ese intensivo aprovechamiento del agua en España y de las relaciones entre el medio natural y la acción antrópica, surgen una serie de problemas en torno al agua, siendo en la actualidad uno de los más importantes y que más polémicas y enfrentamientos generan.
Aprovechamientos
En las últimas décadas se ha producido en España un incremento de su utilización, paralelo al desarrollo socioeconómico. Los principales usos son: agrícola, industrial y energético, consumo urbano y evacuación de desechos.
El regadío agrario es el aprovechamiento más tradicional y el más importante, pues ocupa el 80% del total. El aprovechamiento industrial (construcción de centrales hidroeléctricas) ha tenido en España un desarrollo reciente, al igual que el incremento del consumo humano, relacionado con la generalización de la forma de vida urbana y el hecho de que el turismo se haya convertido en una de las actividades económicas más importantes.
Los problemas
El uso intensivo de los aprovechamientos del agua junto con el desarrollo económico ha generado un grave problema medioambiental en España. Esta problemática viene dada por el balance entre la oferta y la demanda, la sobreexplotación y la contaminación. La zona N y O es la que más agua genera y la zona S y E es la que más agua demanda (mayor desarrollo económico y demográfico), esta situación genera grandes conflictos en la actualidad. Por otra parte, la sobreexplotación a la que hemos sometido el agua en las últimas décadas (consumo agrario, pantanos, trasvases...) genera importantes problemas medioambientales (desaparición de humedales, salinización del litoral, alteración en los ecosistemas fluviales...), que se ven agravados por la contaminación agraria, industrial y urbana a la que está sometida el agua española.
Los planes hidrológicos
La escasez del agua, el consumo excesivo, la creciente demanda, el uso inadecuado, la sobreexplotación, la contaminación creciente... han puesto en evidencia la crisis del modelo tradicional del uso y gestión del agua en España.
Los distintos gobiernos de la democracia han presentado sus respectivos Planes Hidrológicos Nacionales. Lo cierto es que es necesaria una política integral del agua, planificada a escala estatal, utilizando racional y equilibradamente los recursos hídricos. Todo ello sobre la base de la escasez del agua y de la necesidad de ponerla al servicio del desarrollo sostenible.
Regulación de los cursos fluviales: agua embalsada
España es uno de los países donde la red de pantanos es bastante amplia debido a la necesidad que se ha observado desde el regeneracionismo de Joaquín Costa del siglo XIX. En la actualidad se aprecian algunos problemas ecológicos derivados de estos pantanos construidos a veces sin planificación (franquismo).
A la España húmeda le sobra agua y la España seca demanda más agua de la que tiene (regadío y turismo). Esto ha provocado la construcción de grandes pantanos, la realización de trasvases de unas cuencas a otras, proyectos muy polémicos. En la actualidad, los principales ríos españoles tienen sus cauces regulados por embalses. Esto ha permitido mejorar los abastecimientos, la expansión de los regadíos, el control de las crecidas y la explotación energética de las aguas.
Sin embargo la planificación no siempre ha sido la apropiada. Se han hecho pantanos en lugares donde reciben demasiada sedimentación con lo que pronto se han colmatado. Otros se han construido en medios muy áridos, sin suficiente alimentación y con gran evaporización, lo que ha ido empobreciendo los caudales.
Las consecuencias negativas para el medio ambiente también han sido numerosas: inundación de valles de gran valor ecológico, se ha destruido la vegetación de las riberas y la vida de algunas especies, otras veces ha supuesto un gran coste humano, pues los embalses inundan pueblos completos (emigración forzosa a otros lugares).